Mereció la pena

¡Mereció la pena la espera...! Después de 1 hora y 40 minutos llegó y nos fuimos a tomar unos daikiris de plátono, esos q tanto nos gustan... Charlamos durante horas, me encantó verlo, sentirlo de ese modo, después de tanto tiempo era la primera vez que lo veía así. Me hizo reir mucho ¡estaba tan divertido! Regresamos a casa y la noche se hizo mágica...eterna...
A las 8:30 el despertador me recordó la cita de trabajo, junto a él quedo el hueco dejado por mi cuerpo ....... cubierto después de la comida. La noche del Sábado llegó, estabamos invitados.... cena familiar en la sierra bajo el cenador del jardín.Tras una larga y distendida charla mis ojos se iban cerrando poco a poco, el cansancio me había derrotado...Nos quedamos a dormir y la noche transcurrió tranquila...silenciosa..... Desayunamos en el jardín, y de vuelta a Madrid....... "hogar dulce hogar"