Después del agitado fin de semana, el cansancio seguía instalado en mí y por ello no podía conciliar el sueño. Cerraba los ojos para intentar dormir, pero era imposible, no lo conseguía. De repente mis párpados caían vencidos y sin apenas darme cuenta su carita se asomaba delicadamente….¿ Por qué pensaba en él, por qué se hizo dueño de mi desvelo, por qué inundaba mis pensamientos?
Quizás por sus gratuitos y tiernos abrazos cuando se sienta junto a mí en el sofá…
Quizás por la atención entusiasmada que presta al notar un cambio en mi imagen…
Quizás por esa dulce carita que me pone cuando llego, clavando sus ojos en mi bolso esperando con ilusión que saque el regalito…..
Quizás por esos suaves masajes dados con esas manitas puras que recorren mi espalda, masajes que nunca son gratuitos, con la inocencia que le caracteriza me pide 150€ y yo me río de su descaro…..
Quizás por la insistencia y la ilusión con la que me pide que me quede a dormir con ellos….
Quizás por su confianza, por su complicidad para contarme secretos que a los demás no se atreve a contar…
Quizás por la simpatía con la que me dice que no debo llorar al principio de las películas sino al final…
Quizás porque le siento el hijo tantas veces pensado, tantas veces soñado…
Quizás por su primer “te quiero”… un “te quiero” que hizo despertar en mí, sensaciones ya olvidadas….
Quizás porque su sonrisa se adueño de mi, porque llegó a mi vida para quedarse y se instaló en mi corazón…
Por eso y por mucho más le quiero.
Un besito con sabor a fresas mágicas para el causante de mi desvelo
